En muy poco tiempo el teléfono móvil ha irrumpido en nuestras vidas de forma fulminante. Su evolución ha sido vertiginosa. De ser un invento novedoso, exclusivo, de uso simple, de diseño desmesurado y poco manejable; ha pasado a convertirse en un artículo de consumo, de diseño y uso muy práctico, manejable, y con un elevado nivel de prestaciones, impensable en sus orígenes. Convirtiéndose en nuestro inseparable compañero de cada día, en todos los ámbitos de nuestra vida.
El aparato lo llevamos siempre con nosotros porque lo hemos asimilado a nuestra vida, tanto en el ámbito personal como profesional, con todas sus ventajas e inconvenientes. Su uso cotidiano ha facilitado la fácil localización y comunicación de las personas, y sus múltiples aplicaciones han permitido que cada evolución nos genere mayor dependencia. Ésta nos ha llevado a una situación que, para muchos usuarios, cuesta de diferenciar entre el uso y el abuso. Y este punto crítico inicia el problema.
El abuso del móvil ya es un riesgo de accidentes en obras #PRL Click To TweetLa sociedad entiende que los trabajos que exigen un nivel de atención y concentración elevado, no permiten distracciones o alteraciones en su desarrollo. Sería impensable ver a un profesional atendiendo el teléfono en situaciones como: Conduciendo un autobús, en un quirófano, atendiendo un enfermo, impartiendo clases, controlando el tráfico, sea marítimo, terrestre o aéreo, etc. En otros ámbitos con niveles de exigencia y riesgos análogos, la sociedad lo encuentra normal, por ejemplo: un albañil encima de un andamio, en el montaje de una grúa, de un ascensor, cruzando la calle, etc.
El objetivo es que la persona centre su atención en la actividad realizada. Esta eficiencia permitirá que el trabajo se realice en menos tiempo, con mayor eficacia, con menos errores, y en consecuencia, disminuyendo el nivel de supervisión. Para conseguir esta finalidad, debe de haber una concienciación general a todos los niveles. A nivel de Organización, antes de realizar el trabajo debe de haber una correcta planificación y organización del trabajo, a realizar y transmitirlo al operario.
Durante la ejecución y/o jornada se debe de saber diferenciar que es urgente y que no. Saber el tipo de trabajo que se realiza y si es conveniente una llamada, que puede generar una distracción. Se recomienda molestar lo imprescindible, usando mensajes escritos, preferentemente. Cualquier comunicación debe de ser breve y concreta. Por último a nivel de trabajador, debe apagar el móvil, profesional o particular, cuando entra en el recinto de la obra y/o realiza su trabajo. Solo lo consultará en momentos de descanso y en zonas seguras, aplicando la misma metodología descrita para la empresa.
Si este proceso se aplica se evitarán un buen número de llamadas, con sus consecuentes distracciones, alteraciones en el trabajo, conversaciones sin contenido, pérdidas de tiempo y, en general, riesgos por parte de todos y posibles accidentes por parte del trabajador.
¿Lo usas o abusas?
Antoni Llambés Mayol
Responsable Departamento Psicosociología
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales
INPREIN, S.L.
El mercat de la construcció europeu ofereix una imatge desigual: mentre una meitat dels països,…
Ja està oberta la nova convocatòria d'ajudes per impulsar la digitalització d'empreses del segment IV…
El passat dijous, 12 de desembre, es va celebrar a l'auditori del Gremi de Constructors…
El sector de la construcció afronta el repte d’incorporar joves, ja que només el 9%…
La Tresoreria General de la Seguretat Social començarà, previsiblement aquest desembre, a enviar les notificacions
Segons les dades publicades per l’Observatori Industrial de la Construcció, la variació anual també va…